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HORA DE ECHAR EL FRENO

#SUSTAINABILITY #NEWS

La industria textil internacional es defensora dedicada de la moda rápida (también conocida como fast fashion). Las tendencias cambian a diario, lo que incentiva a los consumidores a deshacerse de ropa sin pensar, así resultando en un aumento en el consumo y un incremento de ventas. La organización medioambiental Greenpeace examina las consecuencias de este enfoque en su último informe Fashion at the Crossroads (Moda en la encrucijada), que ilustra con ejemplos de buenas prácticas, cómo algunos fabricantes textiles como Salewa se están rebelando contra esta tendencia.

60-15-20. No, estos números no representan las medidas de la figura ideal ni de una situación ideal. Estos números representan mucho más que eso: la preocupante realidad de los hábitos de consumo en Europa. Gracias a una extensa encuesta internacional se descubrió que: 60 es el número de prendas de ropa que un consumidor promedio compra al año. El consumidor viste estas prendas la mitad de las veces de lo que solía hacerlo hace 15 años y, además, el 20 % de estas prendas quedan olvidadas en el fondo de un armario sin volver a la luz del sol. ¿Por qué ocurre esto? Porque una chaqueta que estaba en tendencia una semana, a la siguiente no lo es más. Cada año se venden alrededor de 102 millones de toneladas de ropa en todo el mundo. Una cifra mucho más alarmante cuando te das cuenta de que sigue creciendo. Las prendas que se modelan en las pasarelas de París, Milán y Nueva York están disponibles tan solo unos días más tarde, en otras versiones más accesibles, que se pueden adquirir en las grandes cadenas de ropa. Con hasta 24 colecciones cada año, los consumidores son constantemente provistos con las últimas tendencias de la industria textil.

EL FUTURO SE ENCUENTRA EN LAS COSAS QUE PERDURAN

Dejemos a un lado las pasarelas de París y volvamos a las montañas del Tirol del Sur. Aquí, Salewa, fabricante de equipo de montaña al pie de los Dolomitas, cuenta con una estrategia de diseño sostenible. «Nuestro objetivo es producir ropa y colecciones que duren. Nuestro enfoque se basa en colores y diseños sencillos que se puedan llevar durante años, por eso más de un 60 % de nuestra colección se mantiene durante al menos una temporada más», explica Marie Måwe, que supervisa la responsabilidad social corporativa de Salewa. Está especialmente orgullosa de que su enfoque haya recibido un reconocimiento internacional. En el último estudio de Greenpeace, Fashion at the Crossroads (Moda en la encrucijada), se hace varias veces mención a Salewa cuando se explica cómo los fabricantes pueden minimizar sus recursos de producción adoptando diseños icónicos y confeccionando ropa que pueda utilizarse durante más tiempo. «Para nosotros la sostenibilidad significa crear productos que duren muchos años, por lo que nos hace muy felices que Greenpeace alabe algunas de nuestras iniciativas», apunta Måwe. Y también añade que tenemos que ver un cambio en los hábitos del consumidor: «Nuestros abuelos solían reparar y arreglarlo todo, por pura necesidad económica; algo que nosotros hemos dejado de hacer porque pensamos que no nos hace falta. Pero, ¿no os parece necesario tratar nuestras cosas con respeto y cariño? Por ejemplo, deberíamos sentirnos orgullosos de tener una chaqueta que haya vivido y descubierto cosas junto a nosotros».

Para su estudio Fashion at the Crossroads, Greenpeace identifica y evalúa 100 fabricantes textiles de diversos sectores de la industria que se dividen en las siguientes categorías: marcas de moda mundiales, pequeñas marcas de moda, fabricantes de ropa deportiva, ONG y ropa para actividades al aire libre. Estos fabricantes se analizaron de acuerdo con sus diseños, métodos de producción, procesos de reciclaje y métodos de producción alternativos. La conclusión: «Las marcas de moda rápida tienen que cambiar su modelo de negocio de manera radical y enfocarlo hacia la calidad y la durabilidad», así lo explica Greenpeace en la introducción de su estudio. A lo largo del artículo se reitera que los índices actuales de sobreproducción y los altos niveles de consumo no solo están dejando poco espacio en nuestros armarios, sino que son nocivos tanto para las personas como para el medioambiente. El aumento de los niveles de producción tiene un impacto medioambiental enorme, incluido el alto consumo de agua para la producción de algodón o el uso de productos químicos.

MODA LENTA

¿Cómo podemos reducir el consumo? La manera más fácil es seguir llevando la ropa que ya tenemos durante el mayor tiempo posible. El mero hecho de aumentar la vida de una de nuestras prendas de uno a dos años ayuda a reducir un 24 % las emisiones de CO2. Greenpeace reconoce los pasos e iniciativas positivas que ha puesto en marcha el sector de la ropa para actividades al aire libre. Este es un sector con una clientela exigente para la cual tienen un papel decisivo las buenas garantías, los materiales de alta calidad y los proyectos de reciclaje y servicios de reparaciones. Todo esto ya forma parte del estándar básico de Salewa, asegura la directora de Responsabilidad social corporativa: «Alrededor de un cuarto de las prendas de nuestra última colección están confeccionadas a partir de materiales reciclados». Las fibras sintéticas se observan con muchísimo detenimiento, incluso las que están hechas de materiales reciclados, ya que, cada vez que se lavan, desprenden unas pequeñísimas fibras microscópicas de plástico que no se pueden filtrar, ni siquiera en las centrales de tratamiento de aguas residuales más recientes, lo que puede causar daños a la vida marina cuando entren en contacto con ríos y océanos. Por este motivo, las fibras naturales, como la lana, el cáñamo y el lino, se están convirtiendo en el foco de interés. También en SALEWA hemos adoptado iniciativas como el proyecto insignia TirolWool®, que utiliza la lana de la oveja montesa del Tirol para fabricar el aislamiento de sus chaquetas.

Sin embargo, aunque resulten alentadores estos avances, Måwe cree que no hay tiempo para la autocomplacencia: «El estudio también nos muestra que algunas áreas todavía están pendientes de mejorar. Pretendemos seguir una producción sostenible y trabajar con proveedores locales en la medida de lo posible». Según Måwe, para Salewa la moda lenta ya forma parte de la filosofía inspirada en los Dolomitas: «Tenemos como objetivo dejar que el respeto que le tenemos a las montañas que nos rodean influya en lo que hacemos. Queremos proteger los recursos naturales, disminuir al máximo los residuos y actuar de manera responsable con la sociedad y con el entorno natural».

Si quieres leer el estudio de 108 páginas al completo Fashion at the Crossroads, puedes encontrarlo aquí:

LEER EL ESTUDIO

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