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Marco Zanone

Pasión por la escalada

#SALEWAFACES

Me llamo Marco Zanone, vivo en el noroeste de Italia y me dedico a la escalada en roca y al cine.
Vivo, concretamente, en Ronco Biellese, un pequeño pueblo cerca de los Alpes, ubicado a una hora de Milán y Turín.
Creo que siempre he sentido pasión por la escalada. Mi padre era escalador en roca durante los ochenta, así que crecí con este deporte. Me pasé gran parte de mi infancia centrado en el fútbol, pero la escalada en roca siempre la he llevado dentro. Ya fuera al ver a mi padre escalar, como si me iba yo a dar una vuelta y a escalar por la montaña, siempre me ha encantado.

Cuando tenía 16 años empecé en serio con la escalada en roca y me quedé totalmente prendado. Desde el principio de mi carrera en el mundo de la escalada, he tenido la oportunidad de viajar y de practicar este deporte en varios países (gracias a mi familia), como Francia, España y Alemania, algo que, estoy convencido, ha influido mucho en el éxito de mi carrera como escalador y fotógrafo.
Mi pasión por la escalada empezó al mismo tiempo que mi pasión por la fotografía. De hecho, creo que la primera vez que me puse unos pies de gato también fue la primera vez que empecé a usar una cámara.
Al principio, llevar encima siempre una cámara pequeña era una manera de inmortalizar mis aventuras. Pero me di cuenta de que podía hacer algo con la fotografía. Por eso invertí en mi primera cámara profesional y así empezó la aventura.
Cuando algo te gusta de verdad, siempre quieres mejorar, marcarte desafíos y enfrentarte a lo desconocido.
Me ha pasado lo mismo con la fotografía que con el cine; todo surgió a raíz de una pasión y el aprendizaje que adquirí en los primeros años se basa principalmente en experiencias personales. Pero llegó el momento en el que todo esto dejó de ser suficiente. Sentí la necesidad de aprender más sobre la materia, y es así como empecé mis estudios de cine en Milán, en 2015.
Me gradué a principios de julio de 2018, tres años más tarde, y aproveché todo el tiempo libre que tuve durante los meses de verano para viajar y escalar tanto como pude.

El otoño pasado mi hermano y yo organizamos un viaje de 20 días a Zillertal, un valle bien conocido a media hora de Innsbruck (Austria). Era la primera vez que íbamos, así que las primeras semanas consistieron en un periodo de descubrimiento, en el que pronto nos dimos cuenta de lo precioso que era el valle.
La calidad de la roca era una pasada, las vistas quitaban el hipo y el valle ofrecía algunas de las mejores rutas de escalada en las que me he visto nunca.
Ir acompañado de mi hermano fue una maravilla. Escalamos prácticamente las mismas rutas, siempre estábamos muy motivados y, gracias a muchos meses de entrenamiento, pude disfrutar del valle en todo su esplendor.
Durante el viaje, pude escalar por rutas de hasta 8c+, y también pasé bastante tiempo escalando a vista en algunas de grado 8a. Todo salió a la perfección y tampoco me importó dejarme algunas rutas «sin catar».

Zillertal ha pasado a ser uno de mis lugares favoritos del mundo. Me muero de ganas por volver el otoño que viene, explorar el valle más a fondo y descubrir nuevas rutas que escalar.
Mientras espero, ya le tengo echado el ojo a una ruta imposible en Céüse, Francia; una auténtica locura que conseguiré escalar tarde o temprano.
Mi vida pasa rápido y estoy deseando descubrir lo que me depara el futuro, tanto en el mundo de la escalada como en el del cine.

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