blog_altripiani_woods_preview blog_altripiani_woods_preview

Altripiani

Un café en el bosque

#SALEWAFACES

Nos encontramos en Albania y ayer por la noche llegamos a Theth con un poco de suerte tras un día extremadamente largo. Nos alojamos en una guesthouse del pueblo, hay varias, pero, dado que la carretera se ha vuelto a abrir hace tan solo una semana después de las intensas nevadas, no todas las instalaciones de hospedaje han conseguido reabrir.
La nuestra es la de Pavlin, un chico que ya ha pasado los 40 años, pero que si no fuera por la barba le darías diez menos. Es un guía naturalista y en verano acompaña a los grupos de excursionistas por los caminos entre Treth y la Valbona. Habla italiano, porque antes de conseguir realizar su sueño de restaurar la casa donde había nacido y crear su propio negocio centrado en la naturaleza, tuvo que ponerse manos a la obra y realizar diferentes trabajos poco agradecidos en Italia. Obviamente nos confiesa que está muy feliz de haber conseguido volver a casa, entre sus montañas. Frente a una sopa caliente le pido alguna sugerencia y con su ayuda intentamos organizar la siguiente jornada.
Cuando planificas un itinerario hay puntos que te quedan grabados e intentas fijarlos en la mente para luego tomarlos como referencia, sobre todo si tienes que moverte en un territorio que no conoces. La indicación de una cafetería en mitad del bosque sin duda despertó nuestra curiosidad. En el mapa aparecía indicada con un pequeño icono de círculo marrón con una taza de café humeante. Glorija y yo nos miramos y pensamos: «sí, claro, ¿quién se pone a montar un bar allá arriba?». De hecho, al día siguiente no encontramos un simple bar, sino un precioso refugio construido artesanalmente durante diez largas temporadas de actividad. Su creador se llama Zef y tras haber recibido los permisos para instalarse en el bosque, cada año ha ido realizando mejorías en un lugar encantado que se ha inventado de la nada.
Zef es un chaval de unos 30 años que no le tiene miedo a nada, se ha tomado este bonito desafío con filosofía y pasa muchísimo tiempo solo. Tiene un caballo con el que lleva los materiales arriba y abajo y ciertamente no se preocupa por su estilo, de hecho, su camisa de franela revela la fatiga implicada en construir un sueño. Por supuesto nos paramos a tomar con él una taza de café y le ofrecimos un par de golosas barritas energéticas hechas en casa por Glorija. Nos explica que el excursionismo se ha impuesto en los Alpes albaneses hace tan solo unos pocos años, pero que está creciendo rápidamente y que, por eso, se está convirtiendo en un buen recurso para muchos jóvenes. En verano hay tanta afluencia de gente que le alcanzan dos fieles colaboradores que por la noche se quedan a dormir con él en la cafetería para estar siempre listos pronto por la mañana.
Sonríe con frecuencia, le alegra poder disfrutar un poco de nuestra compañía. Nos advierte que probablemente en el desfiladero para bajar a la vertiente opuesta, puesto que está dando al norte, nos encontraremos mucha nieve. Nos dice que lo intentemos. Nos observa varias veces: «Sois técnicos ¡y lleváis buenos zapatos!».
Desde el paso Valbona (1.810 m s. n. m.) se puede disfrutar de una estupenda vista de ambos valles. En verano el ascenso a este desfiladero es mucho más sencillo, a pesar de requerir un buen entrenamiento, comitivas enteras de trekkers desfilan desde el valle de Theth hasta el valle de Valbona y viceversa con mucha agilidad. El trekking completo es de 15 km y prevé 6/7 horas de marcha con un desnivel de casi 1.000 m. Solo hay un camino, perfectamente identificable y además bien indicado con marcas blancas y rojas. Sin embargo, la nieve lo cambia todo.
Tras la pausa y la foto de rigor empezamos a cortar una pendiente en ligera bajada intentando localizar el rastro veraniego: me encuentro delante y avanzo en la nieve intentando crear unos buenos escalones para Glorija que me sigue de cerca a mis espaldas. La dificultad siempre está en no perder el equilibrio teniendo en cuenta el importante peso de la mochila y la pendiente resbaladiza. No llevamos crampones, pero poca diferencia habrían supuesto sobre esta nieve blanda, aunque los pinos nos ayudan y nos dan seguridad ante una posible caída e intentamos, por tanto, seguir avanzando. Después de media hora de intentos y poco camino recorrido, empiezo a ponerme nervioso y esto no es una buena señal. Siento que ya no estoy razonando tranquilo y pienso en la responsabilidad adicional que tengo con respecto a Glorija.
De hecho, solo hay una cosa que puedes hacer en la montaña cuando percibes que algo no va bien: volver sobre tus pasos.

Enseguida entendimos que habíamos tomado la decisión correcta, a pesar de haber conllevado una nueva y amplia desviación para retomar el sendero prefijado. Al volver al valle nos enteramos de que una pareja de australianos unos años atrás forzó sus límites, resbalaron los dos por la nieve inestable y el salto de roca no perdonó la caída.
En el pueblo de Theth, saboreando una cerveza y entre las muchas conversaciones, tomamos nota de que, en caso de nieve, no hay que intentar seguir el camino de verano, sino dirigirse casi enseguida a la derecha, hacia el pequeño canal que llega directamente al desfiladero siguiendo la vertical. Dicho esto, cada uno debe hacer sus propias valoraciones; en nuestro caso, una vez más, fue la demostración de que ante una decisión difícil, muchas veces, renunciar te salva la vida y el futuro quizás nos vuelva a traer a la alta Valbona.

blog_altripiani_woods_slider_5 blog_altripiani_woods_slider_5
blog_altripiani_woods_slider_4 blog_altripiani_woods_slider_4
blog_altripiani_woods_slider_3 blog_altripiani_woods_slider_3
blog_altripiani_woods_slider_2 blog_altripiani_woods_slider_2
blog_altripiani_woods_slider_1 blog_altripiani_woods_slider_1