El jardín solidario de SALEWA para los refugiados
Como muchas otras ciudades europeas, Bolzano se ha convertido en el hogar de aquellos que han huido de sus países, devastados por las guerras y los abusos contra los derechos humanos. Muchas de estas personas son mujeres y hombres jóvenes con un futuro incierto que, aunque estén dispuestos a aprender y trabajar, les está resultando bastante difícil encontrar un trabajo.
Dado que un gran número de empleados ya estaba involucrado en los grupos de ayuda para refugiados y gente en busca de asilo, SALEWA decidió hacer algo para demostrar la solidaridad de la empresa con los más necesitados.
A un lado de la sede en Bolzano, decidimos convertir un terreno de 3000 m² en un vivero hortícola ecológico en donde los refugiados pueden plantar frutas y verduras.
Gracias a la ayuda de Josef Zemmer, jardinero profesional de Biason, un vivero local y las herramientas donadas por la cooperativa agraria de Bolzano, el proyecto salió adelante en 2017. Organizaciones cooperativas, negocios locales y personas voluntarias formaron equipo para crear una red solidaria. Desde entonces, cada año, personas refugiadas y voluntarias trabajan la tierra con medios ecológicos para cultivar 30 tipos de plantas distintas. La financiación inicial procedía de donaciones de empleados y de la generosa aportación de la familia Oberrauch.
Juntos, apoyamos a 15 jóvenes de los centros de refugiados de Bolzano, algunos de los cuales ya tenían experiencia agraria en campos de sus países de origen.
Gran parte de las verduras cosechadas van destinadas al restaurante de la sede de Salewa «Bivac», que prepara los productos frescos, reduciendo casi a cero la huella de carbono de muchos de sus deliciosos platos. Además, los empleados de Salewa también pueden adquirir fruta y verdura directamente del vivero al salir de trabajar, a cambio de donaciones repartidas entre los voluntarios. Asimismo, pueden cultivar su propio bancal en el jardín de Salewa, lo que les da la oportunidad de conocer a los refugiados que trabajan allí.
De esta forma, hacemos una importante contribución, por pequeña que sea, dando a las personas refugiadas una oportunidad para integrarse y mejorar su alemán e italiano, así como su cualificación profesional.
