DE VUELTA A CASA
Simon Gietl descubrió la cordillera del Karakórum en un libro: Ogre, de Thomas Huber. Lo leyó en una cama de hospital, después de uno de sus primeros ascensos de invierno, el cual no salió como él quería. Quince años más tarde, esa increíble cordillera, grabada en su memoria, se ha materializado frente a él: es un sueño hecho realidad. Una expedición al Karakórum con el objetivo de alcanzar la cara norte del Latok; una cresta agotadora y extremadamente técnica que nadie ha escalado en cuarenta años. El equipo que viaja con él tampoco pasa desapercibido: irá acompañado del mismísimo Huber.
Las condiciones previas son excelentes, así como la aclimatación, y continúan siéndolo con el ascenso rápido de los seis mil quinientos metros del Panmah Kangri. Pero la vida y la montaña tienen planes diferentes.
No es nada fácil tener sueños ambiciosos y cumplirlos. Pero tampoco lo es tener sueños ambiciosos y no llegar a hacerlos realidad.
