Simon Messner se une al equipo de atletas Salewa
Simon, el hijo de 28 años de Reinhold Messner, es la última incorporación al equipo Salewa. El joven alpinista y cineasta de Tirol del Sur ha sido presentado oficialmente durante la rueda de prensa del proyecto artístico Bivacco, que lleva hasta la isla de San Servolo el vivac Günther Messner transformado en una instalación artística.
Simon Messner es un poco «tardío», según sus propias palabras. Se inició en el mundo de la escalada y el alpinismo a los 16 años. Como dice, puede que se deba al ambiente familiar en el que creció. «El tema de la montaña ha estado siempre muy presente en mi familia. Era una actividad casi cotidiana, demasiado común como para que me interesase demasiado», recuerda. Pero la situación cambió drásticamente tras descubrir el alpinismo y la escalada. Hasta el momento, ha podido repetir muchas rutas en roca y hielo y realizar sus primeros ascensos en Omán, Jordania, Pakistán, los Alpes y las montañas que le han visto crecer, los Dolomitas.
«No me considero un atleta. Me considero mitad alpinista mitad cineasta, pero sobre todo una persona ligada a la montaña», explica Simon. «Con Salewa me siento a gusto, porque es una empresa formada por alpinistas y personas de montaña como yo, que saben para qué sirve. En especial, de Salewa me encanta el esfuerzo que hacen respecto a la sostenibilidad y el proyecto de reciclaje de lana de ovejas tirolesas. Me encargo de dos propiedades de mi padre y conozco bien las dificultades a las que se tienen que enfrentar los agricultores y ganaderos en la montaña. La propiedad en la que elaboramos vino se sostiene económicamente, pero la que está en la montaña donde criamos ovejas siempre está en una situación más difícil. Por eso la idea de Salewa de trabajar con una lana de ovejas tirolesas de nuestra región me encanta, porque ofrece una oportunidad a los ganaderos de montaña».
Para Simon, la manera en la que se abre una vía es tan importante como la propia escalada. Deja tras de sí el mínimo de material posible y prefiere las zonas y los recorridos más remotos. Para él, esa es la clave de una expedición de éxito. Una filosofía de alpinismo que comparte la empresa de Tirol del Sur.
«Salewa es una empresa de montaña que piensa en términos de generaciones», explica Stefan Rainer, director general de la marca de Tirol del Sur. «La relación con la familia Messner tiene un papel destacado en nuestra historia. Salewa y Reinhold Messner han colaborado activamente en el desarrollo de materiales para sus primeras expediciones. Por eso estoy tan contento de que Simon haya decidido unirse a nosotros para ayudarnos a entender y desarrollar las nuevas formas de alpinismo para su generación».
La presentación oficial de Simon Messner ha tenido lugar en un sitio insólito, la isla de San Servolo de Venecia. La ocasión elegida ha sido la conferencia organizada para mostrar a la prensa Bivacco, un proyecto de la asociación ArtintheAlps. El artista Hannes Egger lo ha creado para conmemorar el centenario del tratado de Saint-Germain, que dividió el Tirol y dejó la parte del sur y Trentino en manos italianas. El proyecto hace uso del vivac Günther Messner, hecho construir en 1972 por Reinhold para recordar a su hermano desaparecido en el Nanga Parbat. La obra fue llevada primero a Lana para su restauración a manos del mismo artesano que la construyó hace 50 años y después se ha transferido a la isla de San Servolo, en el marco de la Biennale d’Arte di Venezia, para acoger las obras de siete artistas de Tirol del Sur que han reflexionado sobre el aspecto físico y representativo del vivac.
El primer nivel es el físico, con obras pensadas para interactuar con la arquitectura, los materiales, la función y el espacio limitado de la estructura física del vivac, para completarlo o redefinirlo. El segundo es el nivel representativo, de lo que Bivacco quiere transmitir, como refugio y lugar de paso, de acogida, de intercambio, de superación de barreras. Un lugar sin llave, siempre abierto, donde personas desconocidas se reúnen y deben encontrar el modo de interactuar superando también los propios límites. Un lugar donde se han formado inesperadas alianzas entre cordadas de alpinistas, donde algunos han pasado la noche previa a escaladas memorables y otros han pasado sus últimas noches.
El encuentro en San Servolo ha sido también la primera vez en la que Simon ha podido ver el vivac que lleva el nombre de su tío Günther en su nueva ubicación temporal, con las siete obras de arte. «Cuando me hablaron por primera vez de este proyecto hace un año, pensé que era una idea preciosa», explica Simon. «Pero también que iba a ser muy difícil de llevar a cabo. Para mí, estar aquí hoy y ver cómo se ha logrado todo es algo muy especial».
En el mes de octubre, Bivacco realizará otro viaje hasta Bolzano, delante de la sede de Salewa, donde podrá visitarse antes de que llegue a su destino final en Plan de Corones.
Photos by altripiani.org
