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Felicidad, orgullo y experiencias extremas

#salewahome hace realidad los sueños de montaña

Tanto si se trata de aficionados al esquí de travesía como al freeride, toda persona a la que le guste salir a la montaña sabe que los retos más alucinantes y las aventuras más emocionantes a veces están delante de nuestras narices. Con la campaña #salewahome, Salewa 2021 hizo un llamamiento a los amantes de la montaña para que compartieran su mayor sueño de montaña desde la puerta de su casa y que lo hicieran realidad con la ayuda de Salewa. Los candidatos tenían que venir ya con la valentía y la forma física de casa, y Salewa se encargó de facilitar el equipamiento necesario y un guía de montaña. Se llevaron a cabo cinco proyectos, se hicieron realidad cinco sueños de montaña y, así, se crearon innumerables recuerdos que perdurarán durante mucho tiempo:

Simone: el Grossglockner (3.798 m)
El Großglockner siempre ha fascinado a la austriaca Simone Kumerschek: tras pasar un año de baja debido a una lesión, pudo hacer realidad el sueño de alcanzar la cima con #salewahome. «El ambiente ya era estupendo la noche anterior en el refugio; fue una experiencia maravillosa sentir que todos tenemos el mismo objetivo y que la pasión por las montañas nos conecta, independientemente de las fronteras. El ascenso fue como un trance, paso a paso, el cuerpo se movía con facilidad. Al alcanzar la cumbre, lloré de felicidad. ¡Me sentí increíblemente libre y orgullosa!».

Simone

Fabiano: el Lagazuoi (2.835 m)
Junto a Salewa y acompañado por el guía de montaña Eric Girardini, Fabiano Fortunato, oriundo de Roma, cumplió su sueño de montaña gracias a #salewahome: vivir de cerca los Dolomitas. «A pesar de que el tiempo no acompañara, conseguí completar una vía ferrata y superar otros 400 metros de altitud. Por primera vez me alojé en un refugio a 2.752 m y fui testigo de la abrumadora belleza de los Dolomitas, ¡una experiencia completa que nunca olvidaré!».

Fabiano

Giovanni y Bruno: la Aiguille de Rochefort (4.001 m)
Los italianos Giovanni Cappa y Bruno Barcella pasaron medio año preparándose para hacer realidad su sueño #salewahome: escalar la Aiguille de Rochefort en el macizo del Mont Blanc, un proyecto que estuvo a punto de fracasar debido al mal tiempo: «Pasamos el primer día en el refugio de Torino con el cielo totalmente cubierto, acompañados de mucho té, chocolate y una divertidísima pelea de bolas de nieve. Pero a la mañana siguiente, nos esperaba un cielo totalmente despejado y lleno de estrellas. Con la luz de los frontales, atravesamos la nieve hasta el Dent du Géant, y continuamos a lo largo de la estrecha cresta de la Aiguille de Rochefort con la luz del amanecer: ¡una experiencia espectacular y aterradora! Pasada una hora, llegamos a la cumbre a poco más de 4.000 m, con un cielo de un azul intenso, nieve blanca y reluciente... ¡y unos bocadillos bien merecidos! El sentimiento de felicidad es indescriptible».

Bruno and Giovanni

Chiara: la Presanella (3.558 m)
Chiara Toietta, originaria de Trentino, ha admirado desde niña la Presanella desde lejos, pero nunca pensó que llegaría a alcanzar su cima. Para ella, llegar a la cumbre fue un momento emotivo digno de #salewahome: «Estoy muy agradecida por esta experiencia. He aprendido a creer en mí misma, a poner a prueba mis límites e ir más allá. Fue bastante duro, pero nunca olvidaré ese día tan mágico. Y la guinda del pastel es que había nevado unos días antes de la ascensión y pudimos descender por una ladera de nieve polvo intacta».

Chiara

Marion: el Wildspitze (3.768 m)
El Wildspitze, la cumbre del anhelo y la montaña más alta del Tirol, siempre ha fascinado a Marion. Después de un exitoso ascenso en verano acompañada de su familia, lo tenía claro: quería poder disfrutar de esas vistas también en invierno. Un sueño que Marion y su marido hicieron realidad gracias a Salewa: «Mi marido y yo nos casamos debajo del Wildspitze en el Ötztal la semana anterior, y el tiempo en el Pitztal fue nuestra luna de miel sin hijos. Fue algo mágico. Hasta el sol estaba de nuestro lado y hacía que la montaña se iluminara con un brillo alucinante. Qué puedo decir: mejor, imposible. Muchas gracias, fue una experiencia formidable».